domingo, 5 de mayo de 2019

CALDERÓN DE LA BARCA


En la segunda mitad del siglo XVII, cogiendo el testigo del teatro de Lope de Vega, triunfan en la escena española las obras de Pedro Calderón de la Barca. 

Dramaturgo de corte de Felipe IV, es responsable de las espectaculares escenografías del teatro cortesano, aunque también cultiva las otras dos tendencias del teatro Barroco: el teatro popular y el teatro religioso. 



OBRAS DRAMÁTICAS


- Comedias de enredo: Casa con dos puertas, mala es de guardar; La dama duende. 

- Dramas de honor: El alcalde de Zalamea. Siguiendo el modelo creado por Lope de Vega, en ellas los villanos se ven ofendidos por un noble al que han se enfrentan para recuperar su honor. Como en el caso del Fénix, Calderón también justifica el poder de la monarquía de los Austrias. 

- Drama filosófico: La vida es sueño, su obra más famosa. El protagonista, Segismundo, es encerrado desde su nacimiento porque a su padre, rey de Polonia, los hados le han pronosticado que su hijo le arrebatará el reino. Segismundo, que no conoce su destino ni la razón de su encierro, se lamenta por su falta de libertad. 

Puedes leeer el monólogo o verlo representado por Blanca Portillo en este vídeo: 
Monólogo de Segismundo


¡Ay mísero de mí, ¡ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
Ya que me tratais así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
Pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber
para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos,
el delito del nacer),
¿qué más os pude ofender,
para castigarme más?
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que no yo gocé jamás?
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corre con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que dejan en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas
(gracias al docto pincel),
cuando, atrevido y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto;
¿y yo, con mejor instinto,
tengo menos libertad?


Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas, sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de los cielos la piedad
que le dan la majestad
del campo abierto a su huida;
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
quisiera arrancar del pecho
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegios tan süave
excepcion tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?



Una vez es llevado a palacio dormido para probar la verdad de los augurios. Y, por desgracia, no se comporta como esperan los cortesanos, por lo que es devuelto a su cueva, donde únicamente cuenta con la compañía de su ayo, Clotaldo. El príncipe no sabe si lo vivido fuera de allí ha sido verdad o no:



Es verdad. Pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna ve soñamos:
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.


Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?


Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que á medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.


Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



- Autos sacramentales: Son obras de tema religioso cuyo fin principal es la exaltación de la Eucaristía o de la voluntad de Dios. Destaca El gran teatro del mundo, en el que el Autor otorga a cada ser un papel en su representación mundana y la recompensa final según sus merecimientos.




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